Dependiendo de la edad del niño hay miedos más frecuentes y que no deben alarmar: sobre los dos años a los animales, entre los tres y los cinco años a la oscuridad y ruidos fuertes, etc.
Pero si estos miedos son excesivos, se generalizan y no se acaban de superar, es posible que se conviertan en fobias de adulto
Si tienen dudas es importante que consulten, les asesoraremos sobre cómo actuar con su hijo según el caso.
