Una persona presenta déficit de atención cuando tiene problemas para concentrarse en los estímulos relevantes, este déficit de atención puede cursar con o sin hiperactividad. Una persona puede ser hiperactiva si presenta un bajo control de impulsos, movimientos constantes e improductivos así como falta de atención y concentración. Esta conducta puede llevarle a presentar a su vez otros problemas asociados como son: fracaso escolar, dificultad para relacionarse adecuadamente, castigos constantes, lo que a su vez puede repercutir en su autoestima y generarle ansiedad y depresión.
Para evitar la posible escalada de problemas asociados a la hiperactividad es importante una intervención psicológica lo más temprana posible, de esta forma el paciente aprenderá a regular su conducta progresivamente.
Es fundamental que el diagnóstico sea adecuado pues la hiperactividad puede confundirse fácilmente con ansiedad y otros problemas de conducta. Una vez diagnosticado correctamente es importante que el niño/joven sea tratado por psicólogos especialistas en el problema para asegurar una evolución correcta
