Este trastorno consiste en la aparición de altos niveles de ansiedad y excesiva preocupación ante diversas situaciones. La persona que sufre este problema se exige eficiencia en todos los aspectos de su vida y se siente incapaz de controlar la sensación de constante angustia para hacer frente a las situaciones cotidianas.
Son personas que habitualmente se sienten fatigadas, presentan dificultad para concentrarse y para conciliar o mantener el sueño, se muestran inquietas e impacientes, suelen notar una gran tensión muscular y se irritan fácilmente.
Este problema aparece en el 5% de la población y es más frecuente en mujeres, si no se trata adecuadamente puede producir depresión y ataques de pánico, entre otras patologías. Provoca un alto malestar y deterioro a nivel social, laboral y familiar. No es frecuente que los síntomas remitan de forma espontánea, por lo que se recomienda asesoramiento profesional.
